- En el 2009 China se convierte en el país mayor exportador del mundo, superando a Japón y los Estados Unidos. No equivocarse para aquellos que creen que China solo elabora artesanías para tiendas de $0.99 centavos o para los mercados de pulgas.
- En el 2010 China se convierte en el mayor productor de automóviles. Esto es suficiente para desmentir que la tecnología asiática es defectuosa. Así se decía del producto japonés hace tres décadas, en especial sobre los electrodomésticos y productos del hogar. Y miremos ahora:
En estos momentos China tiene el mayor mercado de distribución de arte. Supera ya a Londres y Nueva York como centros para adquirir obras de las artes plásticas.
- China tiene el crecimiento más elevado en el mundo del producto Interno Bruto (PIB). Esto desde hace más de quince años, con un promedio del 9.5% anual, desde que inició su reforma en la agricultura que luego pasó a desarrollar la industria y los servicios.
China hace el 44 por ciento del cemento del mundo. La producción de cemento es un importante creador de gases de efecto invernadero. Anhuo Concha es el mayor fabricante chino de cemento.
Actualmente, China está experimentando un auge de la construcción masiva. En los últimos años ha habido un frenesí de centros comerciales, torres de oficinas y edificios de apartamentos. Ciudades enteras parecen "enfundadas en andamios de bambú y colinas enteras arrasadas lejos de los ladrillos."
Sólo en Beijing en 2007, 92.9 millones de metros cuadrados de oficinas y espacio residencial se encontraban en construcción, el equivalente a tres Manhattan.
Cada año, durante los últimos años, China ha producido 75 mil millones de metros cuadrados de espacio comercial y residencial, más que el espacio combinado de todas las tiendas, centros comerciales y centros comerciales en los Estados Unidos.
A partir de 2007, la construcción de fábricas y de infraestructuras representó el 41 por ciento del PIB y casi la mitad del crecimiento económico. Empresas de construcción chinas participan en proyectos en Arabia Saudí y en todo el Oriente Medio en la actualidad.
China es con mucho el mayor consumidor y productor mundial de acero. Nos consume y produce cerca de un tercio del acero del mundo, más que Japón, Alemania y los Estados Unidos combinados. La demanda de acero ha aumentado dramáticamente a medida que el automóvil, la construcción y las industrias petroleras y de gas han crecido. El acero es utilizado en barcos, automóviles y electrodomésticos esto hace que su utilización sea inevitable.
La provincia de Hebei produce un quinto de la capacidad de producción de acero de China. Uno de los molinos de acero más grande del mundo está en Baotou, Mongolia Interior. Unos dos millones de personas de la ciudad trabajan en la producción de acero.
China está experimentando una revolución industrial en cerca de diez veces la velocidad que tuvo lugar en Occidente. China se basa en la industria pesada de la energía basada en generar crecimiento. Entre 1980 y 2000, China se basó principalmente en la industria ligera para generar crecimiento. El cambio de la industria ligera a la industria pesada ha dado lugar a un enorme apetito por los recursos y energía y producen enormes cantidades de contaminación. El acero, como es en este caso, utiliza un 16 por ciento de todo el poder de China, en comparación con el 10 por ciento de los hogares de todo el país combinado y produce mucha contaminación. El elevado número de molinos de acero indica que China será el mayor productor mundial de acero durante bastante tiempo. En 2007, China consumió más del doble de acero que los Estados Unidos (258 millones de toneladas frente a 104 millones de toneladas), y superó a Japón y la Unión Europea para convertirse en el mayor exportador mundial de acero.
En diciembre de 2009, los tres mayores fábricas de acero de China hicieron una fusión para crear la mayor empresa de acero que figura en China. Las tres empresas están ubicadas en la provincia de Hebei, y forman parte del Grupo de Hierro y Acero de Hebei, que tiene una producción de 31 millones de toneladas. La tendencia de futuro es que los fabricantes de acero chinos puedan competir con gigantes globales como ArcelorMittal. El gobierno chino espera que los principales fabricantes de acero de China representen el 10 por ciento de la producción media del país en este 2010 y 70 por ciento en 2020.
Estamos viviendo la aparición del despertar económico de un gran dragón asiático, China, que está llamada a ser la primera potencia política, militar y económica del mundo para un futuro no tan lejano.
La economía de los téxtiles chinos comenzó su proceso de reestructuración a principios de 1980 y se centro en la creación de estos a escala para cada segmento, impulsada por las políticas gubernamentales para ampliar la demanda interna y el ajuste de la tasa de devolución de impuestos a las exportaciones. Mejoro su tecnología gracias a los textiles y prendas de vestir y esto supuso una aceleración en su reorganización de la estructura de la industria.
El fin de las cuotas a las importaciones ha inundado el mundo de productos chinos y ha encendido los ánimos proteccionistas a ambos lados del Atlántico, China controla ya el 62% del mundo textil libre de cuotas y esto ha supuestoque la gran mayoría de países europeos y el congreso estadounidense reclamen nuevas cuotas para proteger su mercado interior, su industria. China es la número uno del mundo de la producción textil, el país asiático asegura que se debe a la pujanza de su industria y reprocha a Europa que no haya aprovechado la última década para adaptarse a la nueva situación, ya que el fin de las cuotas se decidió en 1995. El resto de países, en cambio, le acusa de alimentar de forma artificial su industria mediante subsidios (el 31% de las empresas estatales del sector sufre pérdidas), créditos que no son devueltos y una moneda infravalorada.
China estaba el año pasado inmersa en el proceso de construcción de casi 4.000 fábricas textiles. Su cuota de mercado en el mundo libre es ya del 62% y podría aumentar hasta el 75%. Sus exportaciones textiles crecerán hasta los 126.000 millones de dólares en este año y vende unos 20.000 millones de prendas al año, destinadas a los países en desarrollo. La cuestión ahora es si éstos decidirán frenar ese consumo mediante nuevas cuotas o si vamos a un insostenible mundo de consumidores sin empleo.